viernes, 4 de septiembre de 2009

LOS BARCOS SUSPENDEN SU ESCALA EN EL PUERTO DE BUENOS AIRES

Por Emiliano Galli, publicado en el Suplemento de Comercio Exterior del diario La Nación, del 25 de agosto de 2009

Veamos.

Los exportadores exportan sólo con permiso y financian al Estado al pagar las retenciones en el momento de embarcar y esperar meses por la devolución del IVA y demás reintegros.

Los importadores están mal vistos, y se embolsa al que trae bienes de consumo con el empresario que no tiene oferta local de insumos para su línea de producción. Licencias (automáticas y no automáticas) para todos. Y después, a tramitar las excepciones.

Los despachantes no tienen colegiatura a 97 años de la creación del Centro. Más que auxiliares del comercio exterior son gestores de licencias.

Las terminales no saben qué pasará cuando se venzan sus contratos.

Y hasta hay sindicatos, como los estibadores del SUPA, que tampoco tienen respuesta en las autoridades sobre su encuadre y trabajan, desde hace tres semanas, a reglamento: en lugar de mover entre 25 y 30 contenedores por hora, mueven entre 6 y 10.

Ninguno de todos estos actores encuentra respuesta razonable a sus reclamos.

Ni hablar de las navieras: su negocio consiste en rutas tipo anillo, tocando diferentes puertos según el sentido del tráfico. Un barco estándar, en Buenos Aires, tarda menos de un día para descargar y cargar los de exportación. Por los problemas sindicales hoy tarda tres días. Simple: los barcos suspenden Buenos Aires, porque la cadena de puertos no espera.

Así cuesta creer que el comercio exterior sea una política de Estado.

Fuente:todocomerexterior.com